Puedo pensar que quiero perder,
saber qué hay después, olvidar el ayer,
recordar un momento en el que miro y encuentro
mi otra mitad, mi inspiración, mi enloquecer
lindo atardecer y verte crecer...
¿Volver a querer? Un día tal vez,
rozando tu piel, lo mismo de ayer,
perder en el tiempo tu último aliento,
recordar el momento, sumiso y atento,
que desprecie el segundo del desencuentro,
encogido, bajo el pavimento
este es mi único invento:
moldear mi recuerdo donde aún estás dentro
en manos del viento,
si te digo coherente te miento,
¿no es poca una estrella en el firmamento?
Solo y esquivo en mi propio cuento,
sin reglas ni leyes
donde ya no te tengo,
esnifar los recuerdos y esconderlos bien dentro
para que nadie los busque
y queden bien muertos.
Tapiados, bajo aquel pavimento
que pisas con fuerza y se detiene hasta el tiempo,
fumarme tus besos, expulsarlos al viento,
esconder las cenizas de mis lamentos,
decir que te quiero,
este es mi último intento.
Viajar al pasado, colocado y disperso,
viendo la luna que es mi locura,
me busco y me encuentro
rozando tus pechos erizados y absortos de sufrimiento,
verte reír de felicidad, llorar de emoción
por cada rincón de mi corazón
que sufre el dolor del sin amor
de un viejo recuerdo.
Volver a besar tus labios de miel
que curan mi piel y ponen sabor a mis sentimientos.
Decir que te quiero,
este es mi último intento.
Despejando recuerdos,
confiando en que el tiempo
cure heridas que llevo por dentro,
cóseme el pecho y verás que no miento
que rebosa mi cuerpo el amor que por ti siento,
vente conmigo, no mires al resto
esto es amor y lo demás sólo son cuentos.
No te alejes por nada, pues no hay entrada dada
para decir que es malvada,
el hada de esta historia narrada,
¿o en realidad fue soñada y no quiso decir nada?
Aún así prefiero soñar
sin dejar de pensar que todo es real,
que vuelves a estar para nunca marchar,
cabalgar sin parar hacia nunca jamás
donde puedas estar, donde puedas amar.