Sueñas... ¿o estás despierto?

Cuando piensas en no poder dormir, la conclusión es tan sencilla como que acabas NO durmiendo.

La respuesta a la pregunta es tan complicada como descifrar por qué no puedes hacerlo.

Y es que crecer, intentando averiguar quién eres, es la búsqueda de la solución del enigma de nuestra propia existencia; por el contrario, crecer sin saber qué pensar, es la utopía de mi propio envejecimiento.

Concluir o resumir (en compendiadas palabras) alguno de mis actos o acciones, es tan poco pulcro (por mi parte) como la mayoría de las consecuencias a las que he de enfrentarme para conciliar el sueño; buscas en otros paisajes respuestas a tu inactividad neuronal, para convertir en culpas ajenas decisiones incoherentes de tu mente.

Así crecí, creyendo poder saber más de lo que sé saber, buscando excusas a mis dolencias en las ineptitudes de los demás, en vez de intentar comprender la mía propia… la compulsividad de la mentira, la desdicha del no querer o no saber crecer, la propia negligencia de mis actos, el no poder aceptar el daño causado a tu alrededor, influido (quizás) por algún tipo de trauma congénito o, simplemente, no querer aceptar tu propia mentira.

Y te recuperas cada noche, en su soledad, sin más compañía que su abismal envoltorio, a cuenta gotas,enlazando cada tic-tac entre caladas, pensando en el mañana que fue ayer sin olvidar el ayer de mañana; conjugando (en su máximo esplendor) la semana, con toda la intensidad de cada lunes, el malestar de los martes, la resignación del miércoles con su jueves esperanzador, anterior al último viernes y el único sábado, predecesor de medio domingo.

Cabizbajo en mi lugar (el de siempre) escondido de la claridad, esquivo del sol y del agua clara, para intimar con el hedor de aquella manta vieja, sucia, de mi sudor empapada… mirando a través de esa oscura ventana.

Y es difícil saber cuándo mientes si vives en una mentira. He perdido la cuenta de las que he vivido; incluso me pregunto si alguna pudiese ser real (la verdad, NO lo creo) solo consigo explicarme... en realidad si os dijera que consigo explicarme algo, estaría intentando haceros ver otra de ellas.

Quizás, el trastorno de mi sueño tenga que ver con mi propia incapacidad para hacerme ver, para saber aceptar que es NADA, y No todo, el que me acompaña.

Quizás, mañana pueda vivir una realidad y conciliar el SUEÑO.


PD: Sueñas... intentando averiguar respuestas. Así crecí, cada noche, a cuenta gotas, lunes, martes, miércoles. Cabizbajo, perdido, intentando quizás, conciliar el SUEÑO.